DOOM

Doom, el clásico de los videojuegos, vuelve a nuestras mesas con el rediseño del juego de tablero que se editase allá por 2004.
Lo hace con nuevas mecánicas y, por supuesto, con un nuevo aspecto visual abanderado por una tonelada de miniaturas maravillosamente esculpidas.
Dispara primero y pregunta después
Si algo ha caracterizado argumentalmente a esta saga durante sus muchos años de existencia… es la carencia de guion. Para ambientarnos, bastará saber que nos debemos poner en la piel de un grupo de marines que ha viajado hasta una luna extraterrestre para acabar con todo un ejército surgidos del mismísimo infierno.
Hasta cuatro jugadores podremos encarnar a estos marines, mientras que una quinta persona deberá tomar el control de los enemigos. El juego por lo tanto se nos presenta como el clásico ameritrash asimétrico, al estilo Descent, donde los dados jugarán un papel protagonista y los combates serán el eje de toda la partida.
Y es que la gracia de este Doom reside en la total ausencia de historia, personajes con los que hablar o interactuar o incluso desarrollo de habilidades. El juego se nos presenta como un mata mata en toda regla, no demasiado tedioso de montar, rápido de explicar y directo al grano.